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🍋 Mate con limón (y otras herejías que una se permite)

Por Sambu02/06/2025

Soy una persona sencilla.

Del tipo que arranca el día con un mate tibio (o caliente como abrazo de madre), que busca en esa calabaza humeante el pequeño ritual que da sentido a la mañana. El mate es sagrado. Como el primer rayo de sol o el primer bostezo bien dado.

Y si el día se alarga o la tarde se pone gris, ahí está de nuevo: el mate. Compañero fiel.

A veces lo acompaña una factura tímida, un churro atrevido o unas tostadas algo distraídas. A veces viene solo y alcanza. Porque no se necesita más.

Pero resulta que me picó el bicho de la experimentación, y empecé a desviarme del camino tradicional. Primero fueron los yuyos: boldo, menta, manzanilla, cedrón… ¿quién no probó alguno en un intento de sanar el alma o al menos el hígado?

Después vino el mate con café (que algunos llaman “mate express” y otros “herejía nacional”), y ahora, el nuevo delirio: mate con limón.

Sí, con limón.

De esos que te miran fijo desde la frutera como diciendo: "¿te animás?"

Hoy fue la segunda vez que lo intenté.

Puse cáscara, pero no mucha. Todavía le tengo respeto al cítrico. Desde Entre Ríos, la cuna del mate con alma y apellido, me tiraron la posta: "Tenés que meterle media fruta entera, Bel…" (Quizás no fue tan así...) ¿Media fruta? ¿Estamos haciendo un mate o marinando pollo para el horno? Me reí sola cuando lo pensé, aunque no se lo dije. Se me burlaron del mate, les dio ternurita, como un experimento de principiante con buenas intenciones, no lo dijo pero puede que lo pensara. No tengo dudas pero tampoco certezas dicen.
Me sugirió sumar yuyos, que eso le daba más sabor. Yo asentí, como si no estuviera a punto de convertir el mate en una infusión mística que ni el universo entendiera, pero me encanta.

Al final, lo que busco no es el mate perfecto.

Es ese momento.

Esa pausa donde una respira y se dice:"acá estoy, con lo que hay, con lo que soy."

Y mientras revuelvo la bombilla me acuerdo de Benedetti que decía:

"Uno no siempre hace lo que quiere,
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere."

Y yo no quiero seguir tomando el mate como todos.

Quiero que el mate sea una pequeña revolución.

Aunque me salga ácido, aunque parezca un mate que se peleó con una limonada, aunque el limón me quede tan grande que parezca que estoy haciendo spa en lugar de cebar… yo voy a seguir probando. Porque en el fondo, entre un sorbo raro y otro más raro, una también se encuentra. Y la verdad es que no esta mal el mate con limón.
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Sambu

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